Por Carlos Eduardo Nava Condarco
La Calidad de los Objetivos es un factor primordial para el cumplimiento de los planes.
La Estrategia aborda la resolución de este tema concentrando el planteamiento de objetivos en lo que por esencia es su objeto de trabajo fundamental: las Ventas. A estos objetivos se deben sujetar todos los otros que la Organización persigue.
La Estrategia consigue alcanzar Calidad en los objetivos sometiendo los mismos a un proceso de depuración básica pero profunda. El STRATEGOS denomina éste proceso como “objetivos bajo fuego”.
Las organizaciones de negocios se enfrentan con frecuencia al fracaso (o al “éxito parcial”, que para los efectos da lo mismo), de los planes cuidadosamente elaborados para orientar sus acciones en el mercado.
Estas organizaciones dedican esfuerzos y cuidados importantes a los procesos de planificación. Recurren a técnicas elaboradas y a profesionales capaces para hacerlo. Invierten recursos financieros y tiempo sustancial para reducir los márgenes de error.
Sin embargo los casos en que estos planes no llegan a cumplirse satisfactoriamente son por estadística mayores a los aciertos.
La explicación de este fenómeno no pasa por cuestionamientos de la técnica. Debemos admitir que las técnicas de planificación han evolucionado mucho en el mundo de los negocios, han adquirido grados de sofisticación que en muchos casos las vuelven impermeables a la crítica.
Actualmente la mayoría de los centros de educación superior se esmeran notablemente en formar recursos profesionales que dominen con amplitud estas técnicas y que cuenten con las habilidades necesarias para desarrollarlas.
El problema tiene, en realidad, un origen de naturaleza Conceptual:
La naturaleza conceptual de estos factores amerita que la temática se aborde recurriendo a la vitalidad de otros conceptos motores, igual de simples, y por lo mismo, igual de contundentes:
Veamos un poco el poder de estas preguntas para alcanzar calidad en los objetivos:
La respuesta a esta pregunta es mas difícil de lo que parece. Las organizaciones de negocios (en muchos casos por efecto de su propia magnitud), ya no pueden precisar con exactitud lo que quieren vender. Si bien es cierto que el proceso mismo de la transacción de ventas se explica (o se perfecciona) con el intercambio de un bien o un servicio concreto, muchas organizaciones de negocios tratan de llegar a ello vendiendo al cliente “un valor agregado”, una imagen, un concepto, una necesidad, etc. Todo ello absolutamente legítimo y probablemente eficaz, pero muchas veces indeterminado y poco claro. No es lo mismo vender un producto específico que la imagen del producto, la necesidad de adquirir el mismo o la función que cumple este producto. Probablemente sirve de mucho el mismo ejemplo que muchos profesores de mercadotecnia utilizaban en el pasado: “una empresa que produce taladros no vende taladros, vende agujeros”. Pues bien, si vendemos agujeros y no taladros esto debe quedar claro en la Estrategia. Si Coca Cola vende “la chispa de la vida” y no únicamente la gaseosa conocida, esto debe quedar así de claro como objetivo de venta para la Estrategia.
Trate el amable lector de responder esta pregunta en su negocio y le hará un favor incalculable a la calidad de los objetivos organizacionales y a la posibilidad de contar con un plan eficaz. Es una pregunta legítima y la respuesta debe ser clara. Dicen que ¿Por qué? es la pregunta favorita de los sabios. De hecho también lo es de la Estrategia, porque le permite contar con una lógica contundente, una forma de justificar ampliamente todos los esfuerzos que deberán involucrarse para obtener los resultados.
Esta pregunta debe permitir la racionalización del objetivo. Es otro de los elementos típicos que atentan contra la eficacia de los planes. Pueden existir diferencias enormes entre el Cuanto Queremos, Cuanto Podemos y en algún caso Cuanto Debemos vender. Mientras mas se acerque la lógica entre lo que se quiere y lo que se puede, mas eficaz resultará el Plan. Y la eficacia es también una DEMANDA de la Estrategia, porque un principio estratégico básico exige que exista equilibrio entre fines y medios.
Muchas veces el “Cuanto” es un motivo de aspereza entre el soberano y el general, entre la alta gerencia y el STRATEGOS, precisamente porque ninguna expectativa tiene límites.
La respuesta apropiada a esta pregunta vincula el negocio con la Oportunidad. La única oportunidad que existe es la que se aprovecha, y la oportunidad tiene un momento preciso. Antes y después del momento preciso probablemente no exista nada.
Responder adecuadamente esta pregunta optimizará la utilización de los Recursos Estratégicos de la organización, y el rendimiento de ellos condiciona tremendamente la eficacia del plan.
Esto es tan difícil de precisar como el Que queremos vender. La respuesta plantea un condicionamiento esencial a la Estrategia. Y en este caso nuevamente vale la pena reconocer que la pregunta es sencilla y amerita una respuesta sencilla, clara, concreta.
Lo paradójico emerge precisamente de la sencillez de estos planteamientos, porque es precisamente en ellos en donde las organizaciones de negocios se complican mas.
La Estrategia nunca descuida la respuesta a esta pregunta porque en ella se encuentra involucrado el competidor, probablemente el único agente entre todas las variables del mercado que se manifiesta decidido a evitar que los objetivos propios se alcancen. Muchas organizaciones de negocios propenden a sobrestimar sus criterios y quieren entender que sostienen la premisa del devenir de las cosas. En muchas ocasiones solo los reveses en el mercado nos ayudan a entender que en este juego no solo se trata de “lo que queremos hacer”, también se trata de “lo que nos dejen hacer”.
Esta última pregunta es el punto de enlace final entre la reflexión y la acción. Su respuesta compromete esencialmente a la Estrategia. Muchas personas sostienen que en esta respuesta se inicia en realidad la Estrategia, pero en los hechos su planteamiento se simplifica si las preguntas anteriores han colaborado para alcanzar calidad en los objetivos, lo cual, por supuesto, es interés fundamental de la Estrategia.
El ejercicio simple de responder a estas preguntas puede ser significativo para los amables lectores que estén vinculados a los destinos de un Negocio. Si las respuestas respectivas no le han generado tipo alguno de dificultad entonces se encuentran en un Negocio bien enfocado. Si por otra parte, a pesar de esto reconocen ineficacia en los planes de su organización, entiendan que las soluciones son mas sencillas que el problema, porque se encuentran entre el escaso 10% de organizaciones que ya se han enfocado estratégicamente y que se encuentran caminando el estrecho sendero de la excelencia, sendero en el que no dejan de existir gratas dificultades.
Dado que en estas circunstancias resulta dificultoso extenderse más, por todo lo dicho también me quedo meditando con el resto de los lectores sobre lo apropiado que resulta el título de este documento. Definitivamente existen formas de evitar que los planes sean ineficaces y por ello mismo este hecho debe parecernos Insoportable.
Fuente: https://www.estrategiamagazine.com/administracion/la-insoportable-ineficacia-de-los-planes-stategos-objetivos-y-estrategias-estapas-de-un-plan-de-venta/