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Rodolfo Salas, reconocido experto en liderazgo y estrategia, nos presenta una interesante contribución sobre el liderazgo, la estrategia y las habilidades directivas.
Frecuentemente a las empresas, les cuesta mucho (y cuanto) poner en acción las estrategias de negocios con éxito, el tema clave radica en que si no existe un fuerte liderazgo visionario ninguna estrategia será efectivamente ejecutada. En cuanto a las organizaciones que han implementado satisfactoriamente sus estrategias, el único elemento en común entre ellas es su excepcional y visionario liderazgo.
Las personas están significativamente más dispuestas a llevar a cabo peticiones (favores, servicios, información, concesiones, etc.) de un líder que ha hecho esas cosas en el pasado, o sea corresponder por lo que ha recibido. La gente responde a que uno no debe pedir sin dar también algo a cambio.
Consistencia
La gente está más dispuesta a ser guiados por un líder si ven que el cambio es coherente con el compromiso que han acordado anteriormente.
Ser creíble
Así, los gerentes generales lideran directamente el proceso de cambio involucrado y perciben la importancia de comunicar la visión y la estrategia a cada empleado. Sin ese fuerte liderazgo en la cúspide de la organización, ningún sistema de gestión dará resultado.
La innovación, rapidez y agilidad, en tiempos de crisis, se perfilan como claves de la competitividad empresarial, entonces, el objetivo del líder debe ser lograr que en cada colaborador se genere un pensamiento y un accionar estratégico.
En la actualidad, el éxito de una empresa en el mercado no depende tanto de su estrategia sino de encontrar la forma de llevarla a la práctica, es decir, de su ejecución.
Precisamente, se debe de ayudar al líder para que pueda tener un mejor desempeño, así, es fundamental ver con mayor profundidad sus habilidades directivas, tema que se analiza seguidamente.
Tiempo atrás, los psicólogos industriales de TalentSmart han entrevistado a 6.000 miembros de juntas directivas y empleados de todo tipo de industrias. En esas encuestas realizadas, los participantes tuvieron que calificar 22 habilidades directivas diferentes como: pensamiento estratégico, habilidad comunicativa o focalización en resultados. Y los directivos que fueron considerados como buenos para tomar decisiones, tuvieron altas calificaciones en inteligencia emocional.
De este modo, los líderes con una gran inteligencia emocional saben persuadir mejor porque saben leer y adaptar sus palabras, y sus mensajes en función de lo que están percibiendo. No es suficiente que una idea sea meritoria sino lo más importante es convencer a los demás de su valor y poder llevarla a la práctica.
Por cierto, persuadir consiste en lograr que todo sea más fácil para que los demás estén de acuerdo con uno, pero existen ciertas dificultades para lograrlo.
Veamos entonces las barreras que un líder debe superar, que se detallan a continuación:
Reciprocidad
Lo esencial es qué piensa la gente del líder, entonces, fomentar la credibilidad equivale a demostrar que uno tiene conocimientos y pericia, y que es confiable. La particular combinación entre experiencia y honestidad (ser conocedor, convincente y confiable), convierte a un líder en el comunicador más persuasivo pero no se avergüence por parecer creído, ni tenga miedo de admitir debilidades.
Validación social
Las personas tienen más predisposición a realizar una acción recomendada si un líder les demuestra que muchos también lo hicieron, o sea, la gente para decidir considera lo que los demás están haciendo.
Escasez
La gente encuentra más atractivas las oportunidades que un líder considera escasas, raras o poco abundantes. Las personas están más motivadas por la idea de perder algo que por ganar siempre las mismas cosas.
Conexión
Las personas dicen que sí a los líderes que les gustan, es decir, cuando esas personas se sienten apreciadas. El modo de hacerlo es: alinear la promesa con los valores y creencias de su audiencia y formular la propuesta teniendo en cuenta de cómo serán satisfechos los intereses y necesidades de la otra parte. Al intentar persuadir a una persona, es muy importante sintonizar con su canal de comunicación preferido: visionario, racional o relacional.
Finalmente, se necesita un verdadero ejercicio del liderazgo para una ejecución exitosa de la estrategia. Ninguna organización de éxito en la gestión de su estrategia tiene un líder pasivo o no comprometido sino un líder que cuente principalmente con una inteligencia emocional desarrollada.
http://estrategiasdenegocios.blogspot.com/2009/09/el-liderazgo-la-estrategia-y-las.html
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muy buen texto.
felicitaciones