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El trabajo hace hincapié en tres componentes esenciales para innovar la vida futura de las organizaciones: la Prospectiva que da respuesta a porqué es importante conducir la organización “desde el futuro” para innovar en el presente; la Sustentabilidad desde la perspectiva de aplicar un modelo organizacional que cree valor sustentable; y el Alineamiento Estratégico del capital humano, en el marco de un paradigma mental abierto a lo inesperado, dirigido a desarrollar al máximo nivel posible las competencias organizacionales que permitan a la organización obtener los resultados esperados. La respuesta operativa se da a través de la creación de Equipos de Innovación y Aprendizaje que modelan y dan forma a la Organización Sustentable del Futuro.

El Futuro de la Organización o la Organización Sustentable del Futuro

“Si el hombre erróneo usa el medio correcto, el medio correcto actúa incorrectamente”. Proverbio Chino.

Frente a interrogantes referidos a ¿cómo cambiar los paradigmas organizacionales obsoletos?, ¿cómo superar los modelos mentales del pasado?, ¿cómo desarrollar proyectos sustentables?, en fin ¿cómo prepararse para lo imprevisto?.

Las respuestas son variadas y provienen de novedosas recetas de gestión que acuden en ayuda de las organizaciones, frente a los problemas constantes y cada vez mayores que provocan la globalización, la incertidumbre y la complejidad creciente. La mayoría de estos modelos de gestión tienen en la base la misma visión metafísica, el mismo mapa, para enfrentar nuevas realidades que por sus características los tornan insuficientes tanto estructural como funcionalmente. Es por esa razón que cuando acertamos en el “qué hacer” nos falla el “cómo hacerlo”, y cuando la práctica intuitiva cotidiana (cómo hacer) se traduce en éxitos sorpresivos, no alcanzamos a integrarla en un plan estratégico (qué hacer) que facilite un crecimiento sostenido (Druker,1996).

Casi sin advertirlo, permanentemente encasillamos el pensamiento creativo e innovador, limitándonos a pensar en situaciones ya existentes y emparcharlas con soluciones conocidas tratando de disminuir nuestra disonancia cognitiva (Festinger,1957), a la vez que bloqueamos nuestra capacidad de observar al mundo como una totalidad dinámica; en lugar de superar la resistencia inconsciente a los cambios (Peter Senge, 2009), buscar soluciones no convencionales a partir de darle libertad a la creatividad y a la imaginación y ser capaces de prevenir las consecuencias del “impacto de lo altamente improbable” (Taleb, 2008).

La presente ponencia aporta algunas ideas para “Innovar el Futuro de la Organización”; considerando a la organización en su concepto de organismo vivo, como “entidades con inteligencia colectiva” , que poseen muchas de las propiedades comunes a los sistemas vivientes, como conjunto de personas que buscan cumplir con una visión por medio de una estrategia, interrelacionadas con un ambiente y sujetas a coparticipar permanentemente en la creación, consciente o no, de la realidad que las envuelve.

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Trata de ver como el “yo, el nosotros y el ello circundante” se entrecruzan y entretejen en el espacio y el tiempo. Parafraseando las sabias palabras de Aldous Huxley, cuando expresaba: “La experiencia no es lo que te sucede, sino lo que haces con lo que te sucede”, podemos decir que la experiencia no es lo que nos pasa sino la interpretación que hacemos de lo que nos pasa.

Este hacer es una interpretación de la realidad en la que de una manera u otra estamos totalmente involucrados con respecto a como percibimos el presente, cuanto añoramos del pasado y cómo imaginamos el futuro. ¿Percibimos el presente, el pasado y el futuro como tres momentos separados y sucesivos en el tiempo; o estamos experimentando una única realidad presente a cuyos extremos los llamamos pasado y futuro?. Es muy importante esta distinción, puesto que en la primera percepción-interpretación estamos hablando de tres situaciones-objetos diferentes, en tanto en la segunda, la realidad y nuestra consecuente percepción-interpretación es una sola, en la que nuestra conciencia en su fluir continuo experimenta mucho más de lo que interpreta.

Si nuestra actitud frente a la experiencia es la primera, vivimos un presente fugaz en espera permanente del futuro inmediato, que una vez llegado se transforma nuevamente en presente fugaz, fragmentando en forma permanente la realidad.

Si nuestra actitud, en cambio es la segunda percepción, nos estamos refiriendo a un trabajo constante por ampliar la conciencia del Presente hasta abarcar, de alguna manera difícil de explicar pero no por eso irreal, lo que llamamos Futuro; lo cual cambia totalmente nuestra relación con el Futuro, pasando este a integrar nuestra experiencia siempre presente.

Indudablemente es necesario ejercitar nuestro cerebro y nuestra mente de formas diferentes a las que estamos acostumbrados para adquirir un nuevo modo de pensar que facilite ampliar la percepción de la realidad. Se requiere poner en práctica nuestra inteligencia espiritual, desarrollar nuevas destrezas congnitivas y practicar técnicas como la moderna Teoría U de Otto Scharmer (2008), como proceso de solución de problemas y toma de decisiones desde el futuro emergente.

Esta situación de “enseñanza-aprendizaje” continuo empieza en nuestro Si Mismo, luego se extiende a nuestra vida social –familia, trabajo, estudios, etc.- . buscando imbuir a toda nuestra circunstancia en una percepción holística e integral que nos permita comprender e interpretar la realidad de una manera mucho más plena y abarcante.

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La primera actitud nos habla del Futuro de la Organización, es decir ve el futuro como algo ajeno a nosotros mismos que nos sucede y que hay que padecer, enfrentar y en el mejor de los casos intentar contribuir a crearlo. Pero su posicionamiento es el futuro de la organización Actual, tal como la percibimos hoy, con nuestro paradigma o modelo mental “reducido”, inmerso en “la burbuja de la era Industrial” (Senge, 2009), tratando de extrapolar o visualizar la transición entre la organización presente y la organización futura.

La segunda actitud “más abarcativa” nos habla de la Organización Sustentable del Futuro; inventa, innova, transforma la organización en una nueva organización, que aunque formalmente puede o no parecerse a la actual, su estrategia de acción, su liderazgo y alineamiento surge desde el futuro emergente.

La primera actitud intenta empujar el presente hasta alcanzar el futuro, la segunda “diseña y genera el futuro” y lo hace emerger en el presente. No olvidemos, que para esta actitud, el futuro es el Presente, es la “zona del presente” que “experimentamos” pero que no alcanzamos a “interpretar” en su totalidad.

Por lo tanto Innovar el Futuro de la Organización requiere en primer lugar movilizar nuestro pensamiento y nuestra voluntad hacia una Actitud más libre, más espiritual, hacia una Acción Autotransformadora de nosotros mismos, que nos haga poco a poco más concientemente concientes de nuestra experiencia vital.

La Organización Sustentable del Futuro, que es Hoy, requiere transformar a los Recursos Humanos en Humanos con Recursos; pasar de hablar de la importancia del Capital Humano a reconocer firmemente que lo Humano es Capital. El desarrollo organizacional sustentable no es sólo un nuevo concepto, es “ver” las cosas de “manera diferente”. Es una actitud organizacional que demanda en la actualidad ampliar los contextos, ejercitar la intuición, las paradojas, promover la creatividad, la inteligencia espiritual, la dinámica autoorganizativa; superar los estrechos modelos “mecanicistas” y “ver” la realidad con ojos más abarcativos, reticulares, sistémicos. Incorporar en nuestras organizaciones mapas y modelos mentales que procesen la problemática desde perspectivas más integrales, que optimizen la “inteligencia colectiva” en acción.

 

Autor  Luis Ragno luis.ragnoarrobagmail.com

Director Centro de Estudios Prospectivos. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales Universidad Nacional de Cuyo Mendoza – Argentina.

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