Los tiempos tayloristas del «si no trabajás, te echo» son parte del pasado. Hoy, los gurúes coinciden en que una organización eficiente debe reposar sobre la motivación.
Casi todos están motivados al comenzar un nuevo empleo. Sin embargo, según el estudio Why Your Employees are Losing Motivation de Harvard Business School, en el 85 por ciento de los casos la moral cae vertiginosamente tras los primeros seis meses y continúa su derrumbe en los años posteriores.
En gran medida, esto se debe a una mala relación entre jefes y empleados a su cargo. Sin embargo, advierte el estudio de Harvard, basta con corregir unas pocas actitudes para que el ánimo de los empleados no decaiga, el trabajo se vuelva más agradable y la organización gane eficiencia.
Reconocimiento
¿A quién no le gusta que su trabajo sea reconocido? Sin embargo, muchos managers dicen: «¿Por qué debo felicitar a un empleado que hizo bien su trabajo? Al fin y al cabo, le pagan para eso». Grave error… Un sencillo cumplido o una palmada en la espalda son poderosos agentes motivadores.
No sea un dictador
¿Quiere desmotivar rápidamente a los empleados? Ejerza un liderazgo rígido y autoritario. ¿Quiere motivarlos? Entienda que el buen líder no es el que ladra más fuerte las órdenes sino el que considera que su misión apenas consiste en guiar a los empleados.
Hable con ellos
Muchas veces, el jefe no pide consejo a sus empleados por temor a que se debilite su imagen de semidios. El empleado, por su parte, tal vez tenga brillantes ideas para mejorar su productividad pero no se atreve a comunicarlas. El líder eficaz deja de lado su orgullo y pide constantemente consejo a sus colaboradores sobre nuevas formas de impulsar el rendimiento.
Comunique
Una costumbre frecuente es la distribución de información según el ambiguo criterio de «lo que necesita saber». ¿No es frustrante para un empleado desconocer de qué manera su trabajo crea valor para la empresa? Si el empleado no conoce el sentido de su trabajo, nunca se pondrá la camiseta.
Cuando los consejos no dan resultado…
¿Cualquier trabajador puede ser motivado? Según el estudio de Harvard, la respuesta es negativa. En toda empresa, siempre existe una minoría de «alérgicos al trabajo» que sólo están ahí por el dinero y tratan de hacer lo menos posible. Lo peor de todo: obstaculizan el trabajo de quienes sí quieren hacer las cosas bien. ¿Qué hacer con ellos? Hay una sola alternativa: la disciplina. Expulsar a estos empleados de la organización elevará la moral del resto de los trabajadores e impulsará la motivación y productividad de todos los grupos de trabajo.
De la redacción de MATERIABIZ. www.materiabiz.com
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Reblogueó esto en Gestión de personas – Ing. Gustavo Vittek.