La comunicación no verbal y, en particular, el lenguaje corporal, dicen mucho de los interlocutores que participan en una negociación. No en vano, dentro del proceso comunicativo se engloban formas de comportamiento elocuentes realizadas de forma consciente o inconsciente.
Saber interpretarlas nos ayuda a entender un significado positivo o negativo, ya sea orientado de reforzar el discurso o contradecirlo. Sobre todo, serán interesantes aquellas que no encajan en el concepto de buenas maneras pero que, a su vez, nos pasan desapercibidas.
De hecho, las reglas de cortesía suponen un control de nuestras verdaderas sensaciones con el fin de transmitir una sensación positiva o, cuanto menos, neutra. Lógicamente, por lo tanto, su uso es obligado en toda negociación.
Pero también en ocasiones nuestros gestos y posturas dicen en voz alta lo que pensamos y no queremos o no tenemos pensado decir, aportando una información muy valiosa para conocer mejor a nuestro interlocutor.
Por un lado, la sinergología nos ayuda a interpretar el significado de los movimientos del hablante con el fin de detectar la parte oculta de su discurso. Sus contradicciones, dudas, mentiras, temores que apoyen o contradigan sus palabras. Y, de igual modo, puede ayudarnos a controlar la comunicación gestual en una negociación en el sentido que nos interese.
Reforzar las palabras con el lenguaje corporal se traducirá en una mayor ventaja comunicativa, al tiempo que captaremos la atención de la otra parte. A continuación, cinco claves que nos ayudarán a mejorar nuestro control de la comunicación gestual durante una negociación:
Fuente http://www.eaeprogramas.es/empresa-familiar/2015/12/cinco-claves-para-controlar-la-comunicacion-gestual-en-una-negociacion.htm