Por Sandra Mateus
¿Por qué el ser humano está dotado de dos orejas y una boca? Dicen algunos eruditos que para escuchar más y hablar menos. Esa sería la programación inicial, de fábrica, pero en algún punto del camino muchas personas decidieron modificar los porcentajes y asignarle un mayor valor al hablar y un menor al escuchar. Y de sobremesa, hablar solo sobre sí mismos.
Esto último solo es efectivo cuando se está en consulta con el psicólogo, médico, coach o cualquier otro profesional cuya labor es esa: escuchar, pero no así en la construcción de relaciones.
La comunicación es el eje fundamental de la evolución humana y permite la conexión entre unos y otros. Pero una efectiva comunicación no es posible en una sola vía, debe ser de ida y vuelta. Siempre lo reitero ¿Quieres saber la profundidad y calidad de tus relaciones?, fíjate en las conversaciones.
Ejemplo simple: con quién quisieras reunirte hoy a tomar un café, con esa persona que puede durar horas hablando de ella y su mundo, o con quién además de compartir sus propias experiencias permite que le compartas las tuyas y te escucha naturalmente.
A menudo las personas que hablan mucho tienden a pensar en lo que van a decir cuando los demás están hablando, y se están perdiendo del aprendizaje de escuchar al otro por quedarse encerrados escuchando su propia voz y pensamientos una y otra vez. Las palabras presentes en cada oración de estas personas son “como cuando yo…”, “yo pienso que…”, “en cambio yo…”, “si… claro… lo que a mi me pasa es que…”, entre otras.
Si has identificado estas oraciones en alguien que conoces, ármate de valor, paciencia y afecto para el próximo encuentro, es la única forma de sobrellevarlo sin querer ahorcarl@. Y si identificas estas frases en ti… cuidado! Estas auto-saboteándote tus propias posibilidades de éxito y de construir relaciones sinceras y profundas.
Cuando hablas menos y escuchas más, esto es lo que transmites:
• Valoras a las otras personas y sus opiniones.
• Valoras el tiempo de otros.
• Puedes escuchar y considerar múltiples puntos de vista.
Ten en cuenta entonces lo siguiente si quieres desafiarte a adquirir habilidades para una escucha efectiva:
Y si se trata de negocios ni se diga, se requiere escuchar más y hablar menos. Clientes, consejeros, inversionistas y miembros de tu equipo lo valorarán. Cuando hables, concéntrate en hacerlo con efectividad.
A ello se suma que cuando desarrollas la habilidad de la escucha adquieres una ventaja competitiva pues puedes llegar a comprender los por qué y las motivaciones que sustentan exigencias o posturas concretas frente a cierto asunto, más allá de las exigencias mismas.
Escuchar para entender.. esa es la clave para lograr mejores resultados en lo que te propongas y eso incluye escucharte de forma efectiva a ti mismo..
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