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40 lamentos que no querrás tener en 40 años. Parte I

Por Marc Chernoff

Deja de desperdiciar tu tiempo lamentándote por lo que hiciste el año pasado. Empieza a hacer lo que tienes que hacer ahora, para que dentro de un año no te arrepientas por lo que hiciste hoy.

Esta mañana, como lo hizo todas las mañanas durante la última década, mi abuelo de 86 años, recogió una flor fresca durante su paseo mañanero, y se la llevó a mi abuela. Esta mañana decidí ir con él a verla. Y mientras colocaba la flor en su tumba, me miró y dijo: «Desearía haberle dado una flor fresca cada mañana cuando estaba viva. Eso le habría encantado.»

Como podrás imaginar, sus palabras tocaron una fibra sensible en mí. Casi de inmediato comencé a pensar en todo y todos los que me importan, y en lo que no quiero tener que lamentar dentro de 40 años cuando esté en la cúspide de mis 80 años.

Sentí como casi todos los aspectos de mi vida estuvieran parpadeando ante mis ojos. Y tan pronto como llegué a casa, empecé a anotar todo lo que me había venido a la mente. Cuando terminé, le leí la lista a Angel. Ella asintió con la cabeza hasta que llegué al final, y entonces dijo: «No podría estar más de acuerdo. No creo que nadie quiera tener que lamentarse por ninguna de esas cosas cuando sean mayores.» Tal vez tú también estés de acuerdo…

1. Pasar muy poco tiempo con la gente correcta. – Tarde o temprano, solo querrás estar rodeado de personas que te hagan sonreír. Así que hoy, pasa más tiempo con aquellos que te ayuden a quererte más. Y recuerda, las personas que tomas por sentado hoy, puede que sean las únicas que necesites mañana. Nunca estés demasiado ocupado como para no hacer tiempo para aquellos que más te importan.

2. No hacer sonreír más a menudo a tus seres queridos. – La cosa más bonita, es ver a una persona que amas sonreír, y aún más hermoso es saber que eres la razón detrás de ello.

3. No decir lo que tienes que decir. – Dilo. No escondas tus pensamientos ni tus sentimientos, sobre todo cuando puedas marcar la diferencia. Sé valiente. Di lo que tengas que decir. Si te preocupas por alguien, díselo. A veces los corazones se rompen por las palabras que no decimos.

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4. Compararte constantemente con los demás. – No compares tu progreso en la vida con el de los demás. Todos necesitamos nuestro propio tiempo para viajar nuestras propias distancias. Está perfectamente bien ser diferente. Hoy, la única persona que deberías tratar de superar, es a la persona que fuiste ayer. Enfréntate a ti mismo, no a los demás.

5. Ignorar tu intuición por demasiado tiempo. – A veces tu mente necesita más tiempo para aceptar lo que tu corazón ya sabe. Respira. Sé testigo, no juez. Escucha a tu intuición.

6. No tomar acción en metas significativas. – En lugar de quejarte de sus circunstancias, ponte a trabajar en crear unas nuevas. O bien sufres el dolor de la disciplina o el dolor del arrepentimiento. La mayoría de las veces, la única diferencia entre quien eres y quién quieres ser, es lo que haces.

7. Dejar que otros te digan cuales tienen que ser tus sueños. – ¿Puedes recordar quién eras antes de que el mundo te dijera quién deberías ser? Deja de vivir por los demás y sus opiniones. Sé fiel a ti mismo.

8. Recuerdos vívidos en los que desperdicias tu tiempo. – Hay una buena razón por la que deberías levantarte cada mañana y considerar conscientemente en qué y a quien le dedicarás tu día. Porque a diferencia de otras cosas en la vida (como el amor, el dinero, el respeto, la buena salud, la esperanza, las oportunidades y muchas más) el tiempo es la única cosa que nunca podrás recuperar una vez que se haya ido.

9. Coleccionar más excusas de las que puedes contar. – Si realmente quieres hacer algo, encontrarás una manera. Si no, encontrarás una excusa.

10. Esperar, esperar y esperar hasta estar listo. – Algunas veces la vida parece dura, pero a menudo la hacemos más dura de lo que realmente es. Todo lo que tienes que hacer es decidir qué vas a hacer a continuación. Realmente es así de simple. No tienes que tenerlo todo resuelto para seguir adelante. Hazlo lo mejor que puedas hasta que sepas más. Y una vez que sepas más, hazlo mejor.

11. No poner el esfuerzo suficiente. – En la vida eres o un pasajero o un piloto, tú eliges. Si quieres algo, trabaja por ello. Haz lo que tengas que hacer, no lo que sea fácil. Dolerá. Tomará tiempo. Requerirá dedicación. Requerirá fuerza de voluntad. Tendrás que tomar decisiones saludables. Requiere sacrificio. Tendrás que empujar tu cuerpo al máximo. Habrá tentaciones. Pero, te lo prometo, cuando llegues a tu meta, valdrá la pena.

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12. Dejar que problemas solubles te detengan. – No todo lo que enfrentas podrá cambiarse, pero nada puede cambiarse hasta que sea enfrentado. Los problemas no son señales de alto, son guías. Si lo quieres, trabaja por ello. Es así de simple. La fuerza no viene de lo que puedes hacer. Sino de superar las cosas que no podías hacer.

13. No tomar los riesgos suficientes. – ¿No preferirías tener una vida de «OH BUENOs» que una vida de «¿QUÉ HUBIERA PASADO SI?»? Haz lo que puedas mientras puedas hacerlo. No tengas miedo de salir de tu zona de confort. Algunas de mis mejores experiencias y oportunidades en vida vinieron a mí sólo después de que me atreví a perder.

14. Conformarte con menos de lo que eres capaz. – Recuerda, el crecimiento y los cambios pueden ser dolorosos a veces, pero nada en la vida es tan doloroso como quedarte atrapado donde no perteneces.

15. Poner tus propias necesidades y felicidad en segundo plano. – Bromas aparte, sólo vives una vez. Esto es todo. Así que haz lo que te haga feliz y pasa tiempo con quien te haga reír más seguido.

16. Dejar que la impaciencia gobierne tus decisiones y acciones. – Paciencia no es sobre esperar; es la capacidad de mantener una buena actitud mientras trabajas duro por lo que crees.

17. Renunciar demasiado pronto. – Olvida cuántas veces hayas caído. Se trata de cómo te pones de pie y sigues adelante. Es posible que tengas que pasar por lo peor, para llegar a lo mejor. Las cosas buenas toman tiempo. Sé paciente y mantén una actitud positiva. Todo encajará; tal vez no de inmediato, pero con el tiempo lo hará.

18. Dejar que alguien camine sobre ti, ad infinitum. – Nunca permitas que alguien sea tu prioridad mientras te permites ser sólo su opción. Y aléjate de cualquier persona que continuamente se robe tu paz y tu alegría. La vida es demasiado corta como para desperdiciarla con personas que solo quieran abusar de ti.

19. No ayudar a los demás cuando podías. – Si tienes un montón, da tu riqueza. Si tienes poco, da tu corazón. Sólo da lo que puedas. Nunca nadie se ha hecho pobre solo por dar.

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20. Ignorar tus raíces y a los que te han apoyado. – Nunca olvides donde has estado. Nunca pierdas de vista a dónde vas. Y nunca des por sentadas a las personas que viajan el viaje contigo.

Fuente: http://escuelapararicos.net/40-lamentos-que-no-querras-tener-en-40-anos-parte-i/

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