Papá, ¿qué fue antes: la innovación o la creatividad?

Repite conmigo: «Para QUIZÁS innovar, antes de nada hay que desarrollar la creatividad»

Una y otra vez estamos cometiendo el mismo error, hablamos de innovación pero no hablamos antes de tener una cultura empresarial creativa. Hablamos de tener las mejores tecnologías a nuestra disposición pero no hablamos de que los trabajadores piensen, que tengan curiosidad, que se salten las normas en pro de la empresa o que se formen de forma constante en temas que quizás no estén dentro de su puesto de trabajo. ¡NO , ESO NO, NADA DE CREATIVIDAD, PERO INNOVACIÓN, TODA LA DEL MUNDO!.

¿Qué fue antes papá: La innovación o la creatividad? La creatividad, hijo, la creatividad.

La creatividad y la innovación son conceptos interrelacionados, pero son DIFERENTES. La creatividad se refiere a la capacidad de generar ideas originales y valiosas, mientras que la innovación se refiere a la implementación exitosa de esas ideas en la práctica para crear un cambio positivo y valioso.

En términos históricos, la creatividad probablemente fue la primera en aparecer. La capacidad de generar nuevas ideas (cómo salvarnos de los dinosaurios y esas cosas…) y formas de pensar ha sido una parte integral de la evolución humana y se puede ver en las innovaciones tempranas, como las herramientas de piedra, la agricultura y la escritura.

Sin embargo, la innovación como concepto separado de la creatividad, surgió a medida que las sociedades se hicieron más complejas y se necesitaron nuevas formas de resolver problemas y mejorar la vida. La innovación se convirtió en un factor clave en la revolución industrial y ha sido una fuerza impulsora en el progreso y el cambio social desde entonces.

En la era actual, el término «innovación» resuena en todos los rincones del mundo empresarial y en los periódicos de color salmón. Desde conferencias de negocios hasta reuniones de equipo, la innovación se ha convertido en una palabra de moda que todos quieren incorporar en su vocabulario empresarial y que pocos saben distinguir que es cada cosa. Sin embargo, en medio de esta fiebre innovadora, a menudo pasamos por alto un componente esencial: la cultura empresarial creativa como expreso en «A mí sí me pagan por pensar. Hacia una cultura empresarial creativa».

La innovación, por definición, implica la introducción de algo nuevo o la mejora de lo existente. Es un concepto apasionante que captura la imaginación y promueve el progreso.

Pero, ¿Cómo logramos la innovación? Aquí es donde entra en juego la cultura empresarial creativa.

La Innovación es fruto de la Creatividad

La creatividad es el motor que impulsa la innovación. Es el proceso de pensar de manera original, de romper barreras mentales y de encontrar soluciones frescas para los desafíos empresariales complejos. Sin una cultura empresarial creativa arraigada en los cimientos de una organización, la innovación se convierte en un concepto vacío, mejor dicho, de postureo ante redes sociales y la competencia en medio de conferencias y congresos.

La creatividad no es solo para los departamentos de diseño o marketing; es una habilidad que debe impregnar en TODOS los niveles de la empresa. Desde la toma de decisiones hasta la resolución de problemas cotidianos, una mentalidad creativa fomenta la exploración de nuevas ideas y enfoques, el desarrollo del talento, el compromiso con la empresa y el desarrollo de la misma.

La Cultura Empresarial Creativa como Cimiento de la Innovación

Entonces, ¿por qué no hablamos tanto de la cultura empresarial creativa como lo hacemos de la innovación? La respuesta puede residir en que la creatividad a menudo se percibe como un don innato (algo de lo que estamos muy confundidos y todo por dejarnos llevar por gurús y el miedo) , algo reservado para unos pocos elegidos, como Messi, Dalí o los chefs 3 estrellas . Sin embargo, la creatividad puede cultivarse y nutrirse a través de una cultura empresarial que la valore y la fomente.

Una cultura empresarial creativa implica un entorno donde la diversidad de pensamiento es apreciada y alentada, donde se alienta a los empleados a cuestionar el status quo, a que expresen sus ideas sin miedo a nada, a que se muestren cómo son sin vergüenzas de por medio. Se trata de crear un espacio ( y no hablo de PlayStation o los viernes de pizza) donde las ideas puedan fluir libremente, sin el temor al juicio. Además, implica reconocer y recompensar la creatividad, incorporándola en los valores y objetivos de la empresa.

Beneficios Tangibles de una Cultura Creativa

Cuando la creatividad se convierte en parte integral de la cultura empresarial, los beneficios son palpables, se huele la creatividad por todas las partes. La resolución de problemas se vuelve más eficiente, la adaptabilidad aumenta antes los imprevistos que la sociedad nos expone y la empresa se vuelve más ágil frente a los cambios del mercado. Además, la satisfacción y el compromiso de empleados tienden a mejorar (borra de tu mente: RETENCIÓN DE TALENTO. Eso solo lo hacen las empresas que no creen en la creatividad ni en el talento) , ya que los trabajadores se sienten más comprometidos en un entorno que valora sus aportes creativos.

En definitiva, hay que integrar la Creatividad en la Estrategia Empresarial

La innovación no puede existir sin una base sólida de creatividad, Repito LA INNOVACIÓN NO PUEDE EXISTIR SIN UNA BASE SÓLIDA DE CREATIVIDAD

Es hora de que dejemos de tratar la creatividad como un acompañamiento de lujo y la elevemos al estatus de elemento central en nuestras estrategias empresariales. Al hacerlo, no solo impulsaremos la innovación, sino que también construiremos empresas más resilientes y preparadas para el futuro.

La creatividad es el verdadero motor que impulsa la maquinaria de la innovación, y es hora de darle el reconocimiento que merece.

Fuente: https://walkintobusiness.wordpress.com/2023/10/05/papa-que-fue-antes-la-innovacion-o-la-creatividad-la-creatividad-hijo-la-creatividad/