por Virginia Cabrera Nocito
Aunque esté feo decirlo, nunca me gustó trabajar en grupo, lo reconozco.
Recuerdo con horror aquellos murales de las provincias que nos ponían como deberes las monjas en el colegio y aún me indigno al recordar que currábamos dos mientras el resto miraba… Y cómo siempre había alguien que solo daba señales de vida cuando aparecía la sor de turno a valorarnos.
Pero, con el paso de los años, los hechos (y algunos proyectos) han hecho que puntualice.
Aunque sigo aborreciendo el trabajo en grupo, he descubierto el valor, el disfrute, el crecimiento y el orgullo de trabajar en equipo. Porque he descubierto el ingrediente secreto que activa la cooperación y la creatividad.
Estos días cambia de rumbo un proyecto colaborativo al que le debo mucho de lo que hoy soy. Sin el cual, este blog tampoco existiría. El blog ThinkBig Empresas de Telefónica.
Soy de las que piensa que asumir con templanza y espíritu positivo todas las fases de la vida es una capacidad y un valor de primer nivel, así que hoy hago lo que me sale: Rendir homenaje a esos compañer@s que me enseñaron a diferenciar la pesadez del trabajo en grupo de la pertenencia orgullosa y participativa a un gran equipo.
Y lo hago como mejor sé. Compartiendo con todos la siguiente reflexión:
Cuando has experimentado una cosa y otra, sabes que la diferencia es abismal.
Hoy escribo yo, pero podría contároslo cualquiera de mis compañeros del blog. Todos ellos, profesionales como la copa de un pino, que se apuntaron a este proyecto colaborativo de manera libre, voluntaria y desinteresada, sin importarles hacer un esfuerzo extra en un día a día ya suficientemente complicado.
Juntos, compartimos conocimientos y experiencia, aprendimos unos de otros, y aceptamos retos siempre abiertos a aprender cosas nuevas para interesaros y emocionaros con nuestras historias de tecnología e innovación.
Por lo allí vivido, podría deciros que estas son las claves de un equipo:
Y hay testimonio de que ni las herramientas ni “el dinero” garantizan el éxito: son las personas.
Quienes lo hemos vivido somos testigos de que lo que marca la diferencia y nos hace excepcionales está en el alma de cada uno de nosotros y en la suma de todas ellas.
He ahí el secreto. Ni más ni menos.
Casi nada.
En definitiva, un equipo es un pedacito de cielo por el que merece la pena madrugar. Un grupo, algo que puede llegar a ser un infierno.
Merece la pena vivir la diferencia. Te lo aseguro. Pero hacerlo o no solo depende de ti; recuerda que la energía es contagiosa
Si lo has hecho, sabrás de lo que te hablo.
Fuente:https://balcon40.com/2024/02/02/conoces-las-10-diferencias-entre-un-equipo-y-un-grupo-de-trabajo/