Tres pasos para reclamar valientemente tu espacio en tu mercado

Siempre he dicho que el emprendimiento es una de las maneras más poderosas de desarrollarte personalmente y de crear las condiciones para que puedas alcanzar el estilo de vida que te fascina.

Sin embargo, también sé, por mi propia experiencia, que uno de los mayores obstáculos para alcanzar dicha meta es uno mismo. El hecho de que te lances a emprender no significa que, automáticamente, te reprogrames y comiences a funcionar en modo de empresaria.

Lamentablemente, todo tu bagaje, incluyendo los veinte o treinta y tantos años de formación que recibiste en tu pasado, viene contigo al dar ese paso. Si no tienes cuidado, ese condicionamiento previo te mantendrá enclaustrada en acciones demasiado pequeñas y demasiado seguras.

El resultado inevitable son niveles de ingreso que se parecen a una montaña rusa, clientes de pesadilla, el agobio constante y problemas con tu dinero.

Si esto te describe a ti, mujer emprendedora, estás como una oruga: llena del potencial de volar y de desplegar toda tu brillantez, pero aun arrastrándote en una realidad que ya no te corresponde.

¿Cómo puedes hacer el “switch” de ser el secreto mejor guardado de tu mercado a la destellante emprendedora que conquista nuevos territorios a diario, con confianza y seguridad?

Aquí tienes 3 pasos claves para conseguirlo:

1. Sé honesta contigo misma y conecta con tu verdadera pasión

Piensa lo que realmente quieres lograr con tu negocio.

Yo me acuerdo que siempre me ponía límites. Soñaba con alcanzar ciertas metas y rápidamente surgía mi voz interna con la angustiante pregunta: “¿Quién soy yo para hacer eso?” o “¡esto no es para mí!”, a pesar de que mi corazón lo añoraba entrañablemente.

Para que me comprendas, voy a ser muy vulnerable contigo: le tenía miedo al éxito, tenía miedo al qué dirán, tenía miedo a perder mi relación con Dios y tenía miedo de transformarme en alguien desagradable para mí y para los demás.

Muchas mujeres emprendedoras comenzamos con estas negociaciones internas que rápidamente nos llevan a nuestra “realidad” actual, cada vez que queremos dar el paso hacia un nuevo nivel que es desconocido para nosotras.

Es necesario que reconozcas esos miedos internos que te están impidiendo de conectar con tu verdadera pasión. En la práctica, deberías estar viviendo el día a día con emoción y anticipación, incluso en aquellos momentos difíciles de tu emprendimiento.

Si no es así, no le has dicho que sí a tus sueños, o estás viviendo el sueño de otra persona.

2. Toma una decisión

En mi vida como empresaria, varias veces he tenido que tomar la decisión consciente de cambiar algo y nunca volver a retomarlo. Mentalmente dibujo una línea en mi vida y decido no regresar jamás al lugar donde estaba, ¡a pesar de saber que voy a estar muy incómoda al otro lado!

Lo mismo es válido para ti. O te las juegas, o pasas cinco años más escondida detrás de tu computadora.

He visto esta capacidad de tomar decisiones en forma determinante en todas mis mentoras. Vas a descubrir que cualquier persona de éxito se encontró en algún momento con esa línea y abrazó el desafío de cruzarla sin mirar hacia atrás.

3. No juegues al lobo solitario

Al igual que las brasas de un fuego, una emprendedora se mantiene ardientemente apasionada por lo que hace cuando está junto a otras “emprendedoras-brasa”.

Sucede algo mágico cuando te rodeas de personas que piensan diferente, actúan diferente y obtienen resultados diferentes en sus vidas.

¡Te van a contagiar con su entusiasmo y creatividad y te estimularán a pensar en grande y a ser mucho más asertiva en tu negocio online!

Termino con una frase inspiradora de mi querida coach, Kendall Summerhawk:

“Querida mujer emprendedora, la vida es corta y preciosa. Por favor, ¡no la desperdicies! Deja de pensar en el qué dirán y muévete para alcanzar tus sueños. Sé valiente y piensa en la gran cantidad de vidas a las que podrás impactar si te das el permiso de hacerlo”.