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El mito del multitasking

por Estela

Hace años que oí la palabra multitasking por primera vez.

Fue en un reportaje en el que se analizaba la capacidad de hombres y mujeres para realizar varias tareas de forma simultánea.

Los resultados de varias investigaciones parecían verificar la teoría de que los cerebros de los hombres estaban más predispuestos para acciones espaciales y de coordinación, lo que les permitía aprender y ejecutar simultáneamente una sola tarea, mientras que los de las mujeres presentaban mejor memoria e inteligencia social, lo que les otorgaba la habilidad de considerar a la vez varias tareas y encontrar soluciones para el conjunto de las mismas.

Recuerdo que pensé que el multitasking era algo grandioso y que era muy afortunada por ser mujer y tener esta predisposición más desarrollada.

Años después, mi perspectiva ha cambiado completamente.

Sigo pensando que poder hacer varias cosas a la vez puede ser útil en algunas ocasiones, pero he empezado a verlo como un arma de doble filo con el que hay que tener cuidado.

¿Realidad o mito? ¿Existe verdaderamente el multitasking?

El concepto de multitasking, tal y como lo llevamos oyendo estos últimos años, parte de la idea de poder hacer dos o más cosas a la vez.

Es evidente que todos tenemos una cierta habilidad para esto: podemos hablar y andar y mirar lo que nos rodea a la vez, o conducir y hablar con alguien que esté a nuestro lado, etc.

Sin embargo, cuando se involucran dos procesos intelectuales paralelos, el cerebro necesariamente tiene que priorizar alguno de ellos y, aunque sigamos siendo capaces de realizar ambas tareas, la calidad de alguna de ellas siempre acaba viéndose afectada.

¿Has probado alguna vez a escribir un mensaje a la vez que hablas con una persona de otro tema? Es probable que sin darte cuenta hayas escrito alguna palabra de tu conversación en el mensaje y lo hayas tenido que borrar.

¿O a hablar por teléfono a la vez que lees los ingredientes de una receta en internet o te concentras en una noticia del periódico? Seguramente acabes diciendo ¿sí? cuando la otra persona te ha hecho una pregunta.

Sí, el multitasking existe.

Se pueden hacer varias actividades a la vez, pero nuestro cerebro siempre acabará priorizando la atención, en mayor o menor medida, hacia una de ellas.

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Por ejemplo en mi caso, cuando conduzco con alguien en el coche y estamos hablando, existe una gran probabilidad de que me despiste y acabe saltándome la salida porque estoy más concentrada en la conversación que en encontrar el camino, mientras que por el contrario, muchos de mis amigos tienen dificultades para concentrarse en la conversación mientras conducen y prefieren hablar cuando hayan bajado del coche.

Multitasking, el enemigo de la eficiencia y la productividad personal

<< Estás en el trabajo y tienes que escribir un email delicado a un cliente. Lo formulas de varias formas hasta que consigues dar con la idea concreta y empiezas a redactarlo. En ese momento se ilumina la pantalla de tu móvil y lo ojeas por encima del hombro. Es un amigo preguntando a qué hora vais a quedar hoy. Decides emplear un minuto en contestarle, pero él te responde inmediatamente y te cuenta algo gracioso que le ha pasado hoy en el trabajo. Tras cinco minutos hablando, apartas el móvil y vuelves al Email, para darte cuenta de que no sabes cómo querías continuarlo y que tienes que reformular lo que has escrito hasta ahora. ¿Te suena? >>

Hoy en día es más difícil que nunca permanecer concentrado en nuestras tareas y en las cosas que queremos hacer, por el continuo bombardeo de información al que estamos sometidos, la disponibilidad permanente a todos nuestros conocidos y las interminables listas de cosas pendientes que intentan luchar por nuestra atención.

Además, gracias a internet podemos satisfacer nuestra curiosidad sobre cualquier tema o resolver de forma inmediata muchas de estas cosas pendientes con sólo dedicarle unos minutos. Prácticamente todo está al alcance en todo momento, lo que hace que nos distraigamos con facilidad y acabemos empezando muchas tareas e interrumpiéndolas a mitad con otras actividades menos importantes, lo que no deja de ser un multitasking poco productivo y dañino para nuestras actividades prioritarias, que pueden acabar eternizándose y convirtiéndose en fuentes de frustración.

En su libro ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? Superficiales, Nicholas Carr hace una reflexión sobre los efectos de internet en el pensamiento, afirmando que conforme nos vamos haciendo más hábiles en el manejo de internet y en el de ojear la información sólo de manera superficial, estamos perdiendo nuestra capacidad de leer en profundidad, concentrarnos y meditar.

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Resistir la tentación de la inmediatez

Yo hace tiempo que me di cuenta de que trabajando en el ordenador, mi atención estaba cada vez más dispersa y que me resultaba muy frustrante empezar tareas que se alargaban eternamente, por culpa de mi falta de concentración.

Por eso, ahora intento fijarme límites de tiempo para realizar actividades concretas y procuro resistir la tentación de atender de forma inmediata a cualquier impulso espontáneo que mi mente me manda. Sé que aún tengo mucho potencial de mejora, pero la verdad es que me ha ayudado mucho darme cuenta de que el multitasking perjudica la calidad y eficiencia de mi trabajo y que es mejor trabajar en una sola cosa cada vez.

Ahora, intento dividir mi trabajo en bloques de concentración, que suelen durar entre media hora y una hora, en función de lo larga que sea la tarea. Puede que un bloque tan corto parezca ridículo; yo misma no me acuerdo cómo en la universidad podía estudiar durante horas seguidas sin hacer ningún descanso; pero con todas las llamadas de atención que tenemos hoy en día, media hora o una hora sin ser interrumpidos ni ceder a las distracciones puede resultar todo un reto.

Si mientras estoy trabajando en algo concreto me surge una duda sobre algún tema no relacionado o me acuerdo de algo pendiente que tengo que hacer, lo apunto todo en un post-it y lo hago cuando el bloque de concentración termina.

Sé que sería aún mejor dejarlo todo para el final del día, cuando estás cansado y puedes permitirte hacer cosas que no requieren tanto esfuerzo. Pero por ahora al menos he conseguido dejar estos bloques libres de interrupciones propias.

***

Ahora me gustaría oírte. ¿Qué opinas sobre el multitasking?

Fuente http://www.llenatuvida.net/multitasking/

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