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A veces se nos olvida seguir la estrategia, aunque otras veces hay que adaptarla a las nuevas circunstancias”.
Un reciente viaje a Boston me hizo recordar gratamente la serie mundial que ganó el equipo de aquella ciudad, los muy queridos Red Sox, en 2004. Desde entonces han ganado dos veces la serie mundial y, según algunos expertos, son el equipo más exitoso de la década.
Cuando ganaron aquella serie mundial, después de 86 años de no haberlo hecho, todo mundo mencionaba la “maldición del Bambino”, haciendo referencia a que en 1920, dos años después de ganar la serie, el dueño del club vendió al enormemente popular jugador Babe Ruth (el “Bambino”) a los Yankees de Nueva York (su archirrival) quedarían malditos y no volverían a ganar una serie mundial.
Bueno, quizá más que vencer la maldición del bambino, lo que vencieron fue la maldición del mal management.
Muchos expertos han señalado los tremendos errores cometidos durante más de 80 años por la directiva del club. ¿Ejemplos?:
– Fueron el último equipo de las grandes ligas en contratar un jugador negro (cuando se rompió la barrera)
– Dejaron ir a Jackie Robinson y a Willie Mays, dos de los mejores jugadores de todos los tiempos
– En 1980 se les fue un catcher, que más tarde sería electo al salón de la fama, por haberse retrasado dos días en enviarle su contrato.
Pero en el año 2002, tres entrepreneurs compraron al equipo en 600 millones de dólares (es difícil valuar al equipo ahora, los expertos aseguran que seguramente valen más de mil millones de dólares) y de inmediato iniciaron el “rescate” del negocio. Se acercaron a los aficionados y también se pusieron muy listos en las contrataciones, poniéndose dos objetivos centrales (sólo dos): ganar partidos y ganar dinero.
Los tres nuevos dueños habían sido propietarios de equipos de béisbol, no tan importantes, así que su mentalidad era “tenemos que superar a los grandes” (en un equipo cuya nómina sólo es superada por la de los Yankees de Nueva York) y, sin “tirar el dinero” como estos últimos, usaron a un experto en estadística para elegir a jugadores con buenas probabilidades de ganar (y a bajo precio).
Trabajaron también en el ambiente (la cultura); los jugadores, que antes eran bastante desunidos, empezaron a disfrutar el ganar partidos y hasta jugadores de otros equipos empezaron a querer unirse al equipo, incluso aceptando “cortes” en el salario, algo verdaderamente inusual, y que dice mucho.
Para incrementar los ingresos pensaron en tirar su histórico estadio (el Fenway Park, entonces el estadio más pequeño, con cupo de 35 mil aficionados, de las grandes ligas) pero, al no poder hacerlo, optaron por encontrar manera de añadir asientos (lujosos y más caros) y acicalaron el parque.
Quizá su logro mayor haya sido adquirir una mentalidad de largo plazo, siempre preocupados por ganar un título. El antiguo equipo cambiaba promesas jóvenes por veteranos que no daban títulos, quebrando el futuro y pagando con sus activos a futuro.
La idea de los directivos del equipo es estar en las finales de serie (los play offs) tan a menudo como puedan, pues mientras más veces estén, más series mundiales estará en capacidad de lograr.
¿Qué lecciones hay que aprender de los Medias Rojas?:
1. Saber aprovechar las oportunidades (¡dejaron ir a los mejores jugadores negros!).
2. En el momento de plantearse el rescate, centrarse en dos, máximo tres objetivos (ganar juegos, ganar dinero).
3. Utilizar nuevos métodos para elegir ganadores (a base de estadística, ciertamente innovadora).
4. Cuidar mucho el dinero (saber bien como “quemar” los pocos cartuchos que tenemos buscando que produzcan el mayor efecto).
5. Construir y conservar una cultura de trabajo en equipo, de compañerismo, de unidad, de amistad. En todas las empresas exitosas, siempre hay buenos y numerosos aspirantes, deseosos de entrar, lo que le permite a las empresas poder seleccionar mejor.
6. Si no se pueden incrementar los ingresos de golpe (nuevo estadio) buscar maneras marginales de hacerlo (asientos lujosos añadidos).
7. Tener una mentalidad ganadora, a largo plazo, convencida.
A veces observar lo que hacen equipos, en sectores o industrias distintas a las nuestras, nos permite “ver” de manera diferente (por comparación) lo que nosotros hacemos. A partir de esas comparaciones se puede aprender.
Me comenta mi colega (y fanático seguidor del equipo) José Antonio Dávila, que al equipo actualmente no le está yendo bien. A veces se nos olvida seguir la estrategia, aunque otras veces hay que adaptarla a las nuevas circunstancias.
Carlos Ruiz González. Profesor de Política de Empresa y Director de Relaciones Internacionales en el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa, IPADE Business School.
http://altadireccion.wordpress.com
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